Blas, de once años, hijo del mayordomo de un noble terrateniente, es objeto de toda clase de malicias por parte de Jules, el hijo del señor de Trénilly.
El carácter arrogante del niño noble está en estricta contradicción con la naturaleza modesta de Blas, que soporta la soberbia de sus amos de buen grado. Sin embargo, al final de esta historia, alguien responderá a las malos modales de Jules.